Un gran amigo mío es mecánico. Tuvo un taller que tuvo que cerrar en gran parte por un plan de negocio fallido y por un socio que pese a ser una gran persona y profesional, «no tuvo suerte.» Antes de cerrar, me atreví a echarle una mano con la electricidad de un coche antiguo, arreglamos mi viejo ford escort en su taller, e incluso le eché una mano con la gestión de facturación y otras cosillas de administración.
Una vez el taller cerrado, me pasaba muchas tardes a su lado en su cochera, mientras él chapuceaba con coches de amigos, cambiaba algún aceite y resolvía averías jodidas en minutos. Yo no podía sentir más que admiración. Siempre dispuesto a echar una mano y siempre resolviendo marrones. Yo tenía envidia, sana, pero envidia. La visita a la cochera, solía venir acompañada de una bolsa de patatas fritas y un par de latas de alguna bebida refrescante, con suerte algo que no fuese Cruzcampo.
A mí me tiraban las motos, compraba alguna, la mejoraba, le hacía sus mantenimientos, la disfrutaba y luego la vendía, para pillar otra sin palmar pasta. Me regaló mi mujer un maletín mannesman de 215 piezas y ya estaba el veneno de la mecánica instalado en mi cabeza.
Un día hará 7 y 8 años , mi amigo, me propuso buscar un coche por encargo para venderlo después de arreglarlo y maquearlo, el ya lo había hecho con alguno, pero le faltaba liquidez para esa compra. No lo dude ni un minuto. Buscamos un 4×4 moderno y aprovechando el tirón que tenían los defender en USA, buscamos uno y fuimos a por ambos vehículos, uno en Madrid y otro en Ávila. Al de encargo, se le hizo distribución, arreglo de Transfer, ajustes varios, algún sensor porculero, arreglo de tapicería de piel, limpieza profunda, repasos de pintura y recibimos un desvencijado y descolorido Discovery 200 como «regalo» por el trabajo realizado.
Con el disco, vuelta a empezar, limpieza mantenimientos, arreglo de pequeñas cosas, sustitución de viscoso y se vendió tras darle una nueva oportunidad para seguir trabajando en el campo.
Con el defender, usado en ganadería bovina, lo empezamos limpiando, desengrasando, ajustando, cambiando tapicería, neumaticos. Sin terminar este, compramos varios coches entre medias, otro defender, los vendimos en lote a un policía que con el tiempo fui llamado a comisaría para testificar el tipo de billetes con los que nos había pagado y…
Bueno, eso es otra historia que merece un capítulo completo.
Finalmente, compramos un defender 90 tdi200 «averiado» y este se restauró en profundidad haciéndole todo lo habido y por haber que se nos ocurrió. Asientos calefactables, elevalunas eléctricos, neumáticos gordos, llantas de aleación, pintado en color especial, equipo multimedia…
Un proceso lento y tedioso que nos desgastó como «socios» y decidimos conservar la amistad tomando cada uno su camino con los cacharros.
Ahí compré un defender por mi cuenta, que en principio iba a ser para mi padre, a un gitano de valencia, me engañó, me vendió un cacharro afeitado de km y con un estado mecánico lamentable.
Ya me metí en faena, le cambié toda la frenada y suspensión, llantas, neumáticos, enmoquetado, tintado de lunas, equipo multimedia, le modifiqué la defensa delantera…
Después de todo esto, decidí vender el cacharro, porque los pagaban muy bien.
En este proceso, me llamó un primo, que si quería un Land Rover corto, que tenía su jefe estorbandole en la nave. Ni corto, ni perezoso, fui a verlo, sin caja de cambios, pintado a brocha, con más mierda que el rabo de un oso, pero tras un rato de negociación, era el feliz poseedor de un destartalado 88 2a de 1971 a un precio casi de aldea.
Directamente lo llevé con el que en el futuro iba a ser un nuevo amigo, Jose, el de la grúa al taller de un chaval que lo acababa de montar busque una caja de cambios y un embrague. La caja a un tío de Alicante, con el que tomé bastante confianza. El embrague, lo había pedido a UK en una de esas «maravillosas páginas de recambios». Y Oh, sorpresa!!!, no casaba con la caja ni con el motor y buscando, conocí a Pepe de LDM. Me dedicó un buen rato de teléfono, me aclaro las dudas y se ganó un cliente para toda la vida, al igual que con el tiempo, un amigo.
Entre coche y coche, me metí en alquilar una nave compartida, sin luz, las tardes se hacían siempre cortas, mi mujer, cada vez más cabreada, me junté con 6 defender y el 88, esperando su turno en un rincón, hasta que le llegó su hora. Lo desarmé hasta dejarlo en el chasis pelado, encontré un chapista valiente que se atrevió a meterle mano, esperando al herrero para que me reparase las punteras del chasis, un día, me pudo la impaciencia y cogí prestada una inverter, hasta que aprendí. Poco a poco, fui montando este puzzle, haciendo que todo funcionase y que quedase hasta bonito, durante más de 2 años y obligando la necesidad, lo tienes que vender a un danés.
Mientras, pateaba a diario wallapop y milanuncios, buscando información, grupos para encontrar piezas, di con un grupo de WhatsApp de desquiciados de Land Rover, luego con otro, luego, otro, compras otro Land Rover, luego otro, otro, te juntas hasta con 8 y ninguno funcional, conoces a mucha gente, entre ellos un loco con un coche naranja que te vende el volante que te hace falta, un frikazo que se compra un puticlub para vivir, un poeta urbano y artista de la transformación de cacharros al que le encantan las ruedas enormes, un señor que por edad podría ser mi padre que te ofrece todo lo que tiene siempre con la sonrisa puesta y lleva en Land Rover desde la mili .. y el maestro de los maestros de la mecánica, que es un apasionado de estos Santanas y que no duda en pegarse el tiempo que haga falta al teléfono para ayudar a cualquiera de estos locos por estos cacharros que nos hemos convertido en familia y que al menos una o dos veces al año, nos intentamos juntar para compartir tiempo, comida, algo de beber y sobre todo muchas risas.
Pues este maestro de maestros, es nuestro amigo Juanmi Maza, el autor de este libro que estoy deseando tener entre los dedos pensado para ayudar y para que no se pierda la historia y la experiencia.
Ahora tengo todos los cacharros parados por un proyecto de mayor envergadura, pero no puedo dejar de pertenecer a esta rara familia del metal y la grasa.
J.M.R


















Deja una respuesta